Sonderwunsch

Cuando un Porsche 911 Turbo “Flachbau” no es lo suficientemente exclusivo

Sonderwunsch, cuando un Porsche 911 Turbo “Flachbau” no es lo suficientemente exclusivo

Uno de los primeros en recibir un trato especial por parte de la casa

Ha habido innumerables ediciones especiales del Porsche 911 a lo largo de los años, y una de ellas es la “Flachbau” (“nariz plana”, en español) en su generación 930. Porsche fabricó menos de 1.000 ejemplares. Con su estética única motivada por una mejor aerodinámica, el 911 Turbo “Flachbau” es un deportivo raro y deseable, y un ejemplar personalizado por la propia fábrica lo hace aún más apetecible para los coleccionistas.

Buscando destacar entre un considerable grupo de grandes fabricantes europeos, Porsche presentó Sonderwunsch como una forma de brindar a sus clientes los medios para que su deportivo alemán fuese único y conforme a sus requisitos. El programa aún existe, y recibió un gran empujón por parte de la marca en mayo de 2021, cuando la empresa anunció una reinterpretación de la oferta, “haciendo posible el diseño de coches únicos individualizados, co-creados por el cliente y realizados profesionalmente por Porsche”.

Hasta la llegada de un nuevo modelo bajo el sello del departamento Sonderwunsch, este ejemplar que mostramos aquí pintado en Guards Red es único. Comenzando su vida como un Porsche 911 (930) Turbo de 1987, fue gestado por el programa de deseos especiales de la casa. Por eso cuenta con llantas BBS, un diferencial autoblocante, un kit de potenciación de fábrica –cosa poco común–, un interior a medida y, por supuesto, una estética exterior que difiere sustancialmente de los “nueveonce” ochenteros que conocemos.

Su capó liso e inclinado y faros emergentes fue una característica muy popular en la década de los 80; no por el 911 en sí, sino por muchos de los deportivos de la época. Su corazón de seis cilindros enfrentados –bóxer– de 3.3 litros quedaba emparejado a una caja de cambios manual de cuatro velocidades, y aunque no hay una cifra confirmada, se apuntan a más de los 300 CV y 412 Nm que entregaba de serie. A bordo, podemos encontrar un interior de cuero Champagne y un salpicadero con inserciones de madera real.

Bajo el salpicadero, el primer dueño de este modelo pidió que se instalaran dos guanteras más. Todo el interior, incluidas las partes que no son de madera, se forró de nuevo en cuero marrón claro, un tono que casa a la perfección con el vívido rojo del exterior. Los controles de ventilación deslizantes y la platina de casettes Sony van acorde a la época. Sin embargo, incorpora “lujos modernos” como asientos delanteros calefactados con reglajes eléctricos, un volante deportivo, o algunos diales adicionales en la consola central.

Ciertamente, el conjunto luce increíblemente bien para los años que pesan a sus espaldas, aunque sus apenas 72.000 kilómetros ayudan. Este ejemplar en concreto goza de múltiples premios y está autenticado por Porsche. Con casi todas las generaciones del 911 definidas por sus faros delanteros redondeados y prominentes, esta versión es algo verdaderamente único. También está en condiciones fenomenales, y se trata de uno de los primeros Porsche en ser modificados a gusto del cliente para crear una máquina más especial.

Fuente: Mecum

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