Silentblocks

Qué son y para qué sirven

¿Qué son los Silentblocks? ¿Para qué sirven?

Charles E. Sorensen, director de Ford Motor Company durante sus primeras cuatro décadas de historia, fue quien acreditó a Walter Chrysler, fundador de la compañía automotriz homónima, como el percusor del silentblock. En sus memorias de 1956, decía que, el 10 de marzo de 1932, Chrysler llamó a la sede de Ford para mostrar un nuevo modelo de Plymouth con una interesante novedad.

“La característica más radical de su vehículo fue la novedosa suspensión de su propulsor de seis cilindros para reducir las vibraciones del motor. Este se apoyaba sobre tres puntos y descansaba en unos soportes de goma. El ruido y las vibraciones eran mucho menores. Todavía había mucho movimiento del motor al ralentí, pero bajo una leve carga se reducían. Aunque fue un gran éxito en el Plymouth, a Henry Ford no le gustó la idea. Sin ninguna razón dada”. Al final, la propia Ford, como el resto de fabricantes, se resignaron a usarlos.

¿Qué son los silentblocks?

En pocas palabras, los silentblocks son, literalmente, un bloque silencioso. Es decir, un buje que ayuda a mitigar las vibraciones parásitas. En el mundo de la automoción, su aplicación es común en los sistemas de la suspensión y montantes del tren motriz. Aunque no lo parezca, esta pieza es de vital importancia. Gracias a él, cualquier viaje o, simplemente, el mero hecho de arrancar el coche, es infinitamente más cómodo. Cuando no existían, todo eran ruidos y traqueteos.

Los silentblocks constan de dos mangas metálicas, intercaladas una en la otra, donde entre ellas hay un inserto de goma. Los silentblocks se utilizan para conectar partes de la suspensión de un vehículo, suavizando las vibraciones transmitidas de una parte hacia la otra mientras uno está conduciendo. Además de la suspensión, también se montan estas juntas de caucho-metal (los silentblocks a los que a menudo se hace referencia) en otros componentes del vehículo, como en el motor o la caja de cambios.

Los silentblocks tienen que soportar una enorme carga para cumplir con su función. Es por ello por lo que es necesario que se verifique su estado cada cierto tiempo, reemplazándolos por unos nuevos siempre que hayan sufrido un desgaste acusado. Es recomendable echarles un vistazo cada 50.000 kilómetros. Hay que tener en cuenta que los silentblocks permiten cierto juego de movimiento en su interior, y este mismo el que causa el desgaste, así como el tipo de conducción y las condiciones meteorológicas.

Este movimiento permite que las diferentes partes que conforman un sistema de suspensión se muevan libremente. Por ejemplo, cuando circulamos por la carretera y pasamos sobre un gran bache, se minimiza la transmisión de ruido y las pequeñas vibraciones a través de la estructura del vehículo. Estas son sus principales ventajas, así como el hecho de que requieren de poca o de ninguna lubricación. El único mantenimiento que necesitan es llevarlos a la basura cuando han cumplido con su vida útil.

Para determinar el estado de dichas juntas de goma, podemos hacer una sencilla comprobación. Esta consiste en empujar el coche desde cada esquina y afinar el oído para comprobar si existe algún crujido o ruido metálico durante el balanceo. Si no escuchas ningún ruido, pero el vaivén es muy acusado, tal vez lo que necesites sea reemplazar los amortiguadores. Además, podemos hacer la comprobación del juego de silentblocks con nuestros propios ojos a: si están agrietados o pelados, han de ser cambiados.

Este detalle aparentemente menor afecta mucho a la salud de nuestro vehículo y a su manejo, especialmente a altas velocidades o en vías en mal estado. Además, un buje desgastado también causa ruidos muy desagradables en la suspensión. Puede que alguna vez hayas sacado el coche del garaje y hayas escuchado un sonido tipo “clac” al girar el volante. Piensa que la suspensión también actúa al manejar la dirección, aún con el coche en parado, ¿o es que nunca te has fijado que se inclina al girar las ruedas?

Como suele suceder dentro del mundillo de la mecánica, alargar la agonía de una pieza gastada termina derivando en posibles averías más graves que harán sangrar dolorosamente a nuestro bolsillo. Los silentblocks también pueden deteriorarse más rápido con la presencia aceites, así como con las temperaturas extremas (frías y calientes). Si ha llegado el momento de cambiarlos, existen bujes hechos con materiales más rígidos, como el poliuretano, cuya durabilidad es mayor que aquellos los de caucho de serie.

¿Cuánto duran los silentblocks?

Como cualquier otra pieza que sufra de fricción como el embrague, las pastillas y discos de freno o los neumáticos, los silentblocks pierden eficacia con el paso de los kilómetros y el tiempo. En condiciones normales (sin pasar resaltos como si estuviésemos huyendo de la policía o pasando por caminos no asfaltados a toda mecha) pueden cumplir con su cometido adecuadamente por unos 120.000 o 150.000 kilómetros. Sí, pueden aguantar más tiempo, pero tú verás hasta cuánto estás dispuesto a arriesgar.

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