OSI Bisiluro Silver Fox

El extraño prototipo de carreras que no salvó a su constructor

OSI Bisiluro Silver Fox, el extraño prototipo de carreras que no salvó a su constructor

Aunque fue el coche más radical construido por el fabricante italiano

El Bisiluro Silver Fox (“Double Torpedo Silberfuchs”, en alemán) fue un prototipo mostrado al público en 1967, durante el Salón del Automóvil de Turín. Este deportivo fue diseñado por Officine Stampaggi Industriali SpA (OSI) y nunca fue probado en el asfalto por la quiebra del fabricante. Y, como seguramente no hayas oído hablar de él, nosotros estamos aquí para darte a conocer este peculiar coche de competición de alas cortadas.

Aunque Italia siempre ha sido reconocida por sus exóticos vehículos y diseños, también fue el hogar de pequeños fabricantes y talleres de carroceros que se aventuraron en el territorio automotriz experimental. OSI es uno de ellos, y su prototipo de carreras de 1967, el Bisiluro, es quizás el más extraño del país mediterráneo. Porque, para los amantes de la velocidad, es Italia el país de los sueños, con nombres como Ferrari, Lamborghini o Maserati asentados allí. Sin embargo, hoy no escribiremos acerca de ninguna de estas ilustres marcas.

Establecida en 1960 por el ex-presidente de Carrozzeria Ghia SpA, Luigi Segre, OSI era una rama de diseño independiente de la casa más famosa del momento –junto con Pininfarina y Bertone–, y manejaba varios proyectos de nicho. OSI comenzó con el Innocenti 950 Spider, pero también creó modelos personalizados basados en Alfa Romeo, Fiat y Ford. El Giulia Scarabeo fue uno de sus proyectos más notables, pero el Ford 20M TS Coupe, basado en el Taunus 20M, fue mucho más popular con alrededor de 2.200 unidades construidas.


La empresa se había convertido en uno de los carroceros más importantes en 1963, pero las cosas fueron cuesta abajo después de la muerte de Luigi Segre ese mismo año. Sin el vínculo directo con Ghia, OSI se quedó sin contratos, y el sucesor de Segre no pudo encargar nuevos proyectos. La empresa se vio obligada a despedir a dos millares de empleados en 1966 por la falta de fondos. En un último esfuerzo por salvarse de la quiebra, OSI diseñó el Bisiluro Silver Fox que, a diferencia de otros proyectos previos, se desarrolló para competir.

Pero eso no fue lo único que lo hizo especial. El Bisiluro se veía francamente extraño, incluso para un coche de carreras construido en la década de 1960, una era en la que los fabricantes experimentaban con todo tipo de diseños extravagantes. Esencialmente, era una cabina de dos asientos colocada entre dos pontones, como un catamarán sobre ruedas. Los pontones estaban conectados por una sección central y dos cubiertas entre las “aletas” delanteras y traseras. Ni antes, ni en ese entonces, ni después se volvería a replicar este diseño.


La carrocería también acogía un complejo sistema aerodinámico que también incluía un ala montada detrás de la cabina. Mientras que los spoilers delantero y superior se ajustaban de forma manual, el posterior estaba en una posición fija. Este diseño ayudó al Bisiluro Silver Fox de OSI a alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h. Puede que no parezca mucho en los tiempos que corren, pero fue una cifra impresionante en 1967. Sí, el Lamborghini Miuraera capaz de alcanzar los 275 km/h, pero estaba respaldado por un gran motorV12.

El corazón del OSI Bisiluro Silver Fox quedaba conformado por una unidad tetracilíndrica de 1.0 litros y 55 CV de origen Renault. Modificada internamente por Alpine en Dieppe, Francia, este se montaba detrás los asientos, pero no en medio, sino en el lado izquierdo, detrás del conductor. La idea era equilibrar el peso del coche, especialmente si tenemos en cuenta que en el trazado francés, la gran mayoría de las curvas son de derechas (en sentido horario), por lo que es el lado izquierdo el que más sufre cuando se conduce al extremo.


OSI tenía la intención de competir con su criatura en las 24 Horas de Le Mans de 1968, pero el plan no sirvió para nada cuando la empresa quebró a finales de 1967. La oficina de diseño se fusionó con la de Fiat en 1968 y se transformó en un constructor de prensas de acero y de equipos industriales. Un destino triste para un proyecto decididamente salvaje, pero al menos Silver Fox sobrevivió para contar su historia. El prototipo es propiedad del piloto de carreras Paul-Emile Bessade, quien lo mostró en el Goodwood Festival of Speed de 2013.

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