Gran cambio en la industria

Los fabricantes y los clientes se tienen que preparar para ello

Los fabricantes y los clientes se tienen que preparar para un gran cambio en la industria

Durante años, las ventas de coches nuevos han estado impulsadas por una demanda por parte de los consumidores que les decían a los fabricantes qué querían en un vehículo. A principios y mediados de los años 80, estos clientes comenzaron a dudar y a desconfiar de las alineaciones que más combustible consumían que ofrecían las compañías automotrices, y los fabricantes de automóviles respondieron.

En euros, con precios de la gasolina en hace cuatro décadas que oscilaban entre los 40 y los 60 céntimos en nuestro país, sustancialmente más que 10 años antes, la mayoría de la población no podía aspirar a mantener mecánicas de gran cilindrada. Simplemente, al no comprar lo que se ofertaba en muchos de los concesionarios, los consumidores obligaron a los fabricantes de coches a desarrollar variantes más pequeñas con propulsores más eficientes.

Un avance rápido hasta el momento presente y la dinámica es muy distinta. Son las compañías de automóviles las que están determinando qué modelos de vehículos están disponibles para comprar mientras los consumidores se acercan gradualmente a investigar un poco. Muchos de los principales fabricantes se han comprometido a producir modelos eléctricos “todo incluido” en los próximos 10 años, y el impulso en esa dirección parece acelerarse a diario.

El precio de transformar una planta de producción de vehículos de combustión interna en una dedicada completamente a los eléctricos es enorme. Para ver un retorno de sus inversiones de capital, los fabricantes saben que deberán seguir presionando a los gobiernos y clientes hasta que estos últimos adopten su postura eléctrica del “todo incluido”. Como resultado, las marcas están apostando por diseñar nuevos modelos eléctricos para atraer a los consumidores.

De igual forma, también buscan dictar la dirección de la industria. Antes de este extraordinario compromiso, los fabricantes se dirigieron a los compradores de coches compactos y eficientes con modelos como el Toyota Prius, el primer híbrido de producción en masa. Luego, dirigieron su atención al mercado de los SUV, especialmente en los más grandes de orientación premium, donde los precios premium significaban poco para los compradores más adinerados.

Desde aquellos días en los años 80, el mercado de los SUV compactos ha sido el pan y el aceite de las ventas de vehículos nuevos, y las marcas, que no quieren perderse ni un mísero trozo del pastel, ahora están lanzando nuevos modelos eléctricos y amplificando sus habilidades. Es solo un ejemplo tonto, pero modelos como el Ford Mustang Mach E, que tiene un precio de partida superior a los 45.000 dólares en su tierra natal, adjudicó todas las ventas de un año en semanas.

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