Porsche 356

Concebido por Hans Miersch

La fascinante historia del Porsche 356 concebido por Hans Miersch

A pesar de que Alemania estaba dividida por el Telón de Acero, los entusiastas de Porsche en la sección comunista del país lograron sus deseos de tener un verdadero deportivo, el 356 Miersch. Este ejemplar es fruto de un hombre que no abandonó su sueño, que arriesgó su libertad en múltiples ocasiones y que recibió la ayuda de otros tantos entusiastas.

Era el año 1953, ocho años antes de que terminara la Segunda Guerra Mundial. En Dresde, los soldados soviéticos estaban de nuevo en marcha. Los ciudadanos de Alemania Oriental se estaban levantando contra el régimen comunista instalado por los soviéticos. Cuando la libertad parecía estar al alcance de la mano, la Volkspolizei (Policía Popular de Alemania Oriental) y el Ejército Rojo irrumpieron y aplastaron el levantamiento. Dresde todavía sufría los bombardeos de la guerra, con gran parte de la ciudad aún en escombros.

Las estructuras palaciegas que alguna vez fueron magníficas, como la mundialmente famosa Frauenkirche (Iglesia de Nuestra Señora) y el Zwinger, quedaron en ruinas. Hans Miersch, que provenía de Sajonia, había pasado por muchas cosas durante su vida. 10 años antes fue herido en la guerra, lo que requirió la amputación de la parte inferior de su pierna derecha. En la pequeña ciudad de Nossen, a unos 40 kilómetros de Dresde, abrió un taller de calzado para mujeres. Fue un movimiento audaz, ya que estaba en la parte comunista de Alemania.

No se fomentó la propiedad privada, y las grandes empresas fueron absorbidas y pasaron a ser propiedad del pueblo. La economía planificada se consideraba Ley y la iniciativa personal estaba mal vista. Sin embargo, Miersch no estaba listo para abandonar sus sueños en sus asuntos privados y en su vida profesional. Primero vislumbró el Porsche 356 a principios de los años 50 en una revista de Alemania Occidental. Décadas más tarde, Miersch miró hacia atrás:

“Desde el momento en que vi los primeros modelos, lo supe: este es mi sueño”

El fabricante de calzado compartió su sueño con otros entusiastas del motor que encontró en el Este y Oeste, pero al igual que muchos otros, su objetivo parecía fuera de lugar.Los dos estados alemanes estaban a mundos de distancia. Todavía se podía viajar de este a oeste, ya que el muro no se construyó hasta 1961. Pero aún así, la República Democrática Alemana impuso restricciones estrictas al comercio con la capitalista República Federal de Alemania. Incluso a empresarios como Miersch se les restringió la importación de coches de lujo.

El coche de empresa que usó era una máquina de fabricación propia con una carrocería de Hanomag, combinada con el chasis de un antiguo Kübelwagen estilo Jeep. En ese momento, el vehículo había sido diseñado por Ferdinand Porsche: un cuatro plazas, descapotable y con tracción trasera. “Funcionó maravillosamente”, recordó Miersch. También estaba equipado con un remolque casero que usó para recorrer “países hermanos” como Hungría y Polonia, mientras entregaba sus zapatos de mujer. Hizo tratos comerciales hasta en Checoslovaquia.

A la vez, Miersch se enteró del esfuerzo de los hermanos y obtuvo su chasis de un granjero local. Aunque conseguir uno no fue particularmente difícil, ya que los soldados alemanes en retirada dejaron atrás muchos Tipo 82, el zapatero local se enfrentó a un serio obstáculo: no podía encontrar láminas de metal de una calidad adecuada en ninguna parte de Alemania Oriental. Por eso tiró de sus relaciones en Checoslovaquia y comprar cerca de 30 metros cuadrados de gruesa chapam y encargó a Lindner que hiciese la carrocería.

Como el chasis era 30 cm más largo y sustancialmente más ancho que la carrocería del 356 de Ferdinand Porsche, el coche resultante se convirtió en un cuatro plazas espacioso, pero más pesado. Asegurar los componentes extra necesarios para completar la construcción fue la parte más difícil del proceso. Miersch pasó de contrabando las piezas de oeste a este en un maletín grande, arriesgándose a una larga y ardua sentencia de prisión –sino algo peor– en su país de origen. El ambiente no estaba como para saltarse las normas sin motivo.

Realizó numerosos viajes a través de la frontera fuertemente custodiada y, después de siete meses, en noviembre de 1954, el Porsche personalizado estaba listo para salir a la carretera. Inicialmente, estaba propulsado por un bóxer –con los cilindros enfrentados– de 30 CV que tenía muy poca potencia para el vehículo de 1.600 kilogramos, 12 años más tarde, consiguió importar un motor Porsche genuino desmontado, de 1.6 litros y 75 CV, que resultó mucho más adecuado para su preciado 356 gestado a base de un sueño, riesgo y mucho esfuerzo.

Aunque el estado comunista confiscó su negocio a principios de la década de 1970, Miersch también evitó perder el coche. ¿Cómo? Lo logró convenciendo a las autoridades de que era un coche personalizado, construido por él mismo, y diseñado específicamente para lidiar con sus discapacidades. Tanto el dueño como su amado coche sobrevivieron al socialismo, y poco después de la reunificación de Alemania, este último recibió un motor original de 90 CV proveniente de la última evolución del Porsche 356, ya discontinuado desde 1965.

En 1994, decidió separarse de su compañero de toda la vida y vendérselo a un entusiasta de Porsche, el actual propietario, Michael Dünninger. Este último ha realizado algunas mejoras en el automóvil, incluidos los asientos tapizados ahora adornados con cuero marrón coñac y el reemplazo del velocímetro Horch de antes de la guerra con una pieza original de Porsche. “Muchos reconocen la similitud con el 356, pero todavía están perplejos”, llegó a reconocer Dünninger en una entrevista con la firma. Hay que tener buen un ojo para ello.

Aunque no fue construido en Zuffenhausen, el fabricante alemán reconoce al Miersch 356 como un Porsche legítimo. Esta creación a medida se considera una pieza atemporal de la historia del automóvil que demuestra cómo la pasión y la resiliencia prevalecieron en una era en la que Alemania y el mundo estaban divididos entre Oriente y Occidente.

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