Parrilla Mercedes-Benz

De ser parte del radiador a un sensor para coches eléctricos

Evolución de la parrilla Mercedes-Benz: de ser parte del radiador a un sensor para coches eléctricos

La parrilla es la forma más fácil de discernir la marca de un coche. Sirve de hecho como la cara del mismo, que le da una identidad en medio del mar de marcas automotrices del mundo. Pero, a diferencia del rostro humano, las parrillas se rejuvenecen con el paso del tiempo, evolucionan y se ajustan a lo que se necesita y lo que se permite más allá de los límites de la funcionalidad. Ese es exactamente el caso de la parrilla de Mercedes-Benz.

La importancia de una parrilla está lejos de una mera representación. Claro, es una característica de diseño común hoy en día, pero cumplía un propósito diferente en la era de los veteranos, es decir, a fines del siglo XIX. Como señala la propia firma, la refrigeración del motor fue uno de los mayores desafíos en los primeros días del automóvil. Por supuesto, un sistema de enfriamiento encontró su camino en los primeros coches, aunque no eran del todo eficientes. Ahí es cuando entra en escena Wilhelm Maybach.

Su diseño de radiador de panal patentado ofrecía un área frontal más grande y un mayor flujo de aire, lo que brindaba un enfriamiento significativamente mejorado. Podríamos añadir que los primeros 40 años de la historia del automóvil vieron al radiador cumplir las funciones puramente prácticas. No se consideraba como una característica estética hasta que los carroceros creativos comenzaron a experimentar con varias formas. Esto dio lugar a algunos de los extravagantes diseños de parrillas del siglo XX.

Han pasado los años, y el ethos nunca ha visto una revisión real hasta la llegada de los vehículos eléctricos. Pero esta vez, los cambios son bastante destacados. Desde la función hasta la estética y la simbolización del lujo, 100 años han traído importantes cambios evolutivos en los diseños de las parrillas. Aquí echaremos una mirada más cercana a las de Mercedes-Benz, puesto que es la compañía que dio origen al “coche”.

El invento revolucionario de Wilhelm Maybach fue toda una hazaña de ingeniería. Utilizado en el Mercedes 35 PS por primera vez, el radiador constaba de más de 8.000 pequeños tubos con una sección transversal cuadrada de unos seis milímetros por lado. Fueron soldados para crear un nuevo radiador rectangular con un depósito integrado. En pocas palabras, el motor de 35 CV necesitaba solo nueve litros de agua en lugar de los 18 litros anteriores. El diseño del Mercedes 35 PS tuvo un impacto duradero.

Hasta mediados de la década de 1930, prácticamente todos los coches de producción tenían un diseño de radiador similar, con ligeras variaciones entre plano y puntiagudo. Sin embargo, los casos excepcionales no eran infrecuentes. Estos podían incluir parrillas con un pliegue vertical en el medio. Un ejemplo de este elemento se puede ver utilizado en el modelo Mercedes Knight 16. Aunque tenía un área de enfriamiento un poco más grande, la producción era complicada y se reservaba para los motores potentes.

Los ingenieros se dieron cuenta rápidamente de que las aletas del radiador sucias eran menos efectivas para enfriar, y que el impacto de la grava podía causar daños y sobrecalentar el motor. Como solución alternativa, la firma de Stuttgart equipó al Tipo W15 (1931) con una rejilla frontal protectora decorada con cromo. Indicando “poder y prestigio”, la estrella Mercedes, el símbolo ahora icónico de la marca, adornó la forma protectora como una insignia y como adorno en el capó, toda una revolución por entonces.

Posteriormente, la parrilla cromada se convirtió en una de las características más reconocibles de la marca. Los diseñadores de la marca tuvieron cuidado de no exagerar el elemento de diseño ahora exclusivo. Estableciendo una identidad firme, la parrilla ha evolucionado sutilmente a lo largo de los años al mismo tiempo que incorpora elementos de diseño del pasado. Dicho esto, como suele ocurrir, también hay excepciones.

En la década de 1950, el legendario 300 SL “Gullwing” y su derivado sin techo 190 SL recibieron una alternativa moderna conocida internamente como la “cara de un deportivo”. Este diseño se convirtió más tarde en el sello distintivo de todos los deportivos y descapotables de Mercedes. Durante la década del 2000, numerosas variantes de este frontal, con y sin las aletas horizontales distintivas, se abrieron paso en más gamas de modelos, destacando la transición más orientada al rendimiento y altas prestaciones de la marca.

Otra excepción notable es el morro de Fórmula 1 del SLK de segunda generación y del Mercedes SLR McLaren. Curiosamente, los modelos de la Clase G, Mercedes-AMG y Mercedes-Maybach han adoptado un enfoque distinto. La parrilla AMG dedicada es un homenaje 300 SL que ganó la legendaria carrera Panamericana en México en 1952. Asimismo, la parrilla de la Clase G es tan icónica y única como el propio vehículo. En cuanto al Maybach, el tratamiento escultórico de la parrilla está inspirado en un traje a rayas.

Llegados a este punto, puesto que los modelos eléctricos difieren enormemente en términos de requisitos de refrigeración, los diseñadores ya no tienen que diseñar una parrilla para alojar el radiador. Dicho esto, si bien la batería significa que ya no se requiere de un radiador montado en la parte delantera, sigue existiendo la necesidad de tomas de aire. Esto abrió una ventana de oportunidad para los diseñadores. Según la marca, los modelos EQ cuentan con un “Black Panel” con una estrella central fusionada con los faros.

El diseño, además, integra patrones de estrellas finamente detallados que crean un sutil efecto tridimensional. Es visualmente distintivo, sí, pero el “Black Panel” también ofrece una superficie perfecta para albergar la gran cantidad de sensores que conforman los sistemas de conducción autónoma. Estos atañen sensores de ultrasonido, cámaras, radares y el LiDAR. La industria del automóvil se encuentra en medio de una transición hacia la movilidad sostenible. 120 años de evolución automovilística, y aquí es donde estamos ahora.

Si bien las parrillas de los coches fueron una necesidad en un momento, ahora se han convertido en un artefacto; un panel de plástico para sensores y otros artilugios electrónicos. ¿Es realmente el fin de las parrillas para el mundo del automóvil? Sólo el tiempo dirá.

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