El primer deportivo de serie fue español y no lo sabes
Hace mucho tiempo que Españano es una diseñadora relevante de coches, especialmente de deportivos tecnológicos. Pero no siempre fue así. Y es que antes de la Guerra Civil Española, la Hispano Suiza, una marca española con un ingeniero suizo, fue el primer fabricante del planeta automovilístico en poner en comercialización en gran serie un deportivo.
La historia comienza cuando un comercial de Hispano-Suiza se las ingenió para cruzarse con la caravana real que transportaba a Alfonso XIII en 1905. Mientras que el resto de la comitiva no podía con una complicada cuesta, el Hispano-Suiza 14HP subía sin problema alguno. El monarca se quedó tan maravillado, más aún tras descubrir que se trataba de un coche nacional, que encargó para 1906 un 20HP.
Con el paso de los años, Alfonso XIII se enamora más y más de las carreras de coches, lo que le lleva, en 1908, a crear la Copa Cataluña.
En la segunda edición del campeonato, Hispano-Suiza diseñó un coche de carreras de 35 caballos. Birkigt, el genial ingeniero suizo de la compañía, elaboró un diseño con un bastidor más rígido y que permitía prescindir de paragolpes y parafangos en los bajos del coche una vez carrozado.
El motor se alimentaba desde un depósito de combustible situado tras los ocupantes, que bombeaba hacia adelante la gasolina mediante la introducción a presión de aire en dicho depósito.
Desgraciadamente, en la carrera de 1909 de la Copa Cataluña, las tres unidades de este modelo fallaron mecánicamente y no pudieron acabar la carrera.
Pero de este tropiezo nació el T45, el coche que se convertiría en el Hispano-Suiza Alfonso XIII: Birkigt y su equipo rediseñaron el coche completamente, con un motor de cotas más grandes, más potencia, caja de cambios de tres velocidades, culata en T, válvulas laterales, un embrague monodisco, y todo montado sobre un corto chasis de 2,4 metros que lo convertían en un coche más ágil.
Este coche hizo que se iniciara la producción en serie, que se alargaría por cerca de 500 ejemplares, siendo el primero entregado a Alfonso XIII. Tan satisfecho quedó el monarca del coche barcelonés que dio su bendición para que el T45 se le conociera como Hispano-Suiza Alfonso XIII.
El coche, tras una constante evolución mecánica, comenzó a ganar carreras que lo llevaron a ser un éxito comercial inmediato, especialmente por parte de los acaudalados pilotos aficionados británicos.
Lo especial del Hispano-Suiza Alfonso XIII fue que, en aquel momento, ofreció algo que hasta entonces no se había ideado: un coche deportivo de calle, "matriculable", es decir, el primer deportivo de producción conocido en la historia.
Podéis leer la historia completa en este artículo.
