Motor V8

Marcó el inicio de una nueva era en la historia automotriz

El germen del motor V8 marcó el inicio de una nueva era en la historia automotriz, incluso en tiempos de crisis

Ya hemos hablado en alguna que otra ocasión de esta maravillosa configuración: el motor V8. Puede ser lo suficientemente compacto para encajar en el vano de muchos vehículos, y lo suficientemente potente como para dejar en ridículo a mecánicas de más cilindros. Pero jamás habría existido, ni hubiese sido tan popular, sin la mentalidad de Henry Ford.

Con él, revolucionó la industria automotriz al crear la primera cadena de producción en todo el globo para crear un coche asequible para las masas. Ese fue el Ford Model T, del cual se construyeron más de 15 millones de unidades entre 1908 y 1927. Fue un éxito, "un coche universal", como describió Ford en su día. Sin embargo, tras casi dos décadas de producción, había nacido una gran competencia, y no paraba de aumentar. El Model T ya no estaba a la altura de los nuevos modelos que estaban aterrizando en las calles.

Reemplazar el Model T fue un movimiento audaz, ya que se había convertido en el símbolo del ascenso de la clase media y marcó el comienzo de la era de una modernización para los Estados Unidos. De hecho, el Model T fue el coche más vendido de la historia hasta 1972, cuando fue superado el Volkswagen Beetle. Las ventas del Modelo A no defraudaron, y para febrero de 1929, la compañía había registrado un millón de ventas, y dos millones para julio de ese mismo año, a pesar del inicio de la Gran Depresión o Crac del 29.

A medida que los estadounidenses se apegaron más a viajar en coche, también extendieron sus alas en términos de viajes más largos por carretera en una red en constante expansión de carreteras rurales e interestatales. Ellos, a su vez, desarrollaron una necesidad de más velocidad, y el motor de cuatro cilindros en línea de 3.3 litros enfriado por agua del Model A no estaba a la altura. Produciendo solo 41 CV su velocidad máxima era de solo 105 km/h, una cifra que ya comenzaba a quedarse algo justilla en aquellos días.

Después de vender casi 5 millones de vehículos, Ford suspendió la producción del Model A en marzo de 1932. Como curiosidad, fue un vehículo que se fabricó no solo en EE. UU., sino también en Canadá, Sudamérica (Argentina y Chile), Europa (Francia, Alemania, Dinamarca, Inglaterra, Irlanda, Italia y España) y Asia (Japón, Turquía y la Unión Soviética). Además, llegó a contar con más de 35 carrocerías dedicadas. Literalmente, el Ford Model A fue el coche más global que se había conocido hasta la fecha, y prácticamente hasta hoy.

Volviendo al tema que nos ocupa, Ford ayudaría a saciar la sed de los consumidores por más potencia con la introducción de tres nuevos modelos en 1932: el Model B, el Model 18 y el Model 40. El primero vino con un motor de cuatro cilindros en línea actualizado y se fabricó hasta 1934. El segundo, más conocido como "Ford V8", fue el primer coche de producción en serie con un motor V8. El tercer y último se produjo con el V8 de cabeza plana (flat-head) con la idea de ser la vertiente más pudiente de toda la gama de Ford.

El conocido V8 de cabeza plana de 221 pulgadas cúbicas (3.62 litros) tenía una potencia de 66 CV. Sin embargo, en el Model 18, la producción de equinos aumentó con mejoras en el carburador y en los sistemas de encendido en el Model 40. Ford adjudicó 298.647 Model 18 con motor V8 en su primer año de producción, y seguramente habría comercializado más si hubiera podido satisfacer la demanda, en parte porque el V8 costaba solo 10 dólares más que la opción de cuatro cilindros (unos 200 euros más en dinero de hoy).

Bajo la piel, no hubo mucha diferencia entre los tres modelos producidos entre 1932 y 1934, con la excepción del motor V8. Todos los modelos de 1932 venían con guardabarros negros, llantas de múltiples radios y una rueda de repuesto montada en la parte trasera, en formas generales de roadster, coupé y sedán convertible. Las opciones estaban limitadas en función del año y se componían de los espejos interiores y exteriores, monturas laterales simples o dobles, portaequipajes, un reloj o un material interior de cuero o tela ancha.

En 1933, los modelos pasaron de una distancia entre ejes de 2.692 milímetros a 2.845 mm en un nuevo chasis de vigas y travesaños, es decir, en escalera, como los todoterrenos "de verdad". Los guardabarros (que serían las aletas actuales) se rediseñaron en base a un perfil más curvo junto con parachoques arqueados. Se mejoró la instrumentación del salpicadero y se añadió una guantera en el lado del pasajero. En total, existían 10 estilos de carrocería diferentes y todos estaban disponibles con el popular V8, incluido el Model B.

Estos cambios dieron como resultado un aumento de peso de un 3 % y en un incremento de la potencia del 15 %. El modelo destinado a 1934 vio cambios sutiles con una parrilla más ancha, ranuras rectas impresas en el capó, dos manijas a cada lado de este, unos faros más pequeños y un logotipo rediseñado. La potencia aumentó a 86 CV. Como curiosidad, Edsel Ford, hijo del fundador, encargó al diseñador jefe de la marca, ET "Bob" Gregorie, diseñar un deportivo basado en las formas europeas de la época, el Model 40 Special Speedster.

Además, el Ford V8 de 1934 también fue inmortalizado en la ola de crímenes de la era de la gran depresión de los famosa pareja de ladrones Bonnie Parker y Clyde Barrow, acribillados a balazos en Luisiana por un grupo de policías. Asimismo, los Ford V8 de esta época son muy populares en el mundo de los hot-rods. Debido a ello, las versiones sin modificar son cada vez más raras, lo que ha hecho que su valor se haya incrementado sustancialmente.

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