¿Cómo nació el motor V8?

Historia de uno de los mejores amigos de las altas prestaciones

¿Cómo nació el motor V8? Historia de uno de los mejores amigos de las altas prestaciones

A todos nos encanta el rugido de un gran motor V8, y estoy seguro de que a todos nos gustaría tener un coche con este corazón mecánico, aunque quizá no tanto disfrutar con sus consumos a pleno pulmón. Sin embargo, realmente no somos tan conocedores de la historia y del tipo que le dio a la industria automotriz uno de sus mejores atributos.

Si bien la cuestión de quién construyó el primer propulsor V8 sigue siendo objeto de conjeturas, estamos aquí para presentar solo hechos. Entonces, ¿dónde se creó este motor por primera vez? Quiero decir, debería ser Estados Unidos, ¿verdad? Después de todo, es el hogar de este tipo de unidades de potencia, y el V8 representaba el corazón de cada muscle car. Pero es posible que te sorprenda saber que el primer motor V8, en realidad, venga de un país totalmente opuesto a Norteamérica. Si aún no lo has adivinado, déjame abrirte la mente.

La persona que patentó y pensó en poner ocho cilindros en forma de “V” fue un francés llamado Leon Levavasseur. Sí, el V8 nació en Francia. ¡Qué sorpresa! El Sr. Levavasseur podría parecerse al anciano sabio que ves en todas las películas animadas de Disney. Pero, de hecho, fue un genio ingeniero e inventor. Sin embargo, como dato curioso, Leon (nacido en 1863) primero estudió bellas artes, pero rápidamente se dio cuenta de que era mucho mejor con los motores. Así que dejó las bellas artes y empezó a estudiar una carrera de ingeniería.

Como puedes imaginar, fue una excelente decisión con un momento aún mejor porque, cuando Levavasseur tenía poco más de 40 años, algo significativo estaba sucediendo en todo el mundo. Al principio del siglo XX, muchos pioneros experimentaron con innumerables diseños de aviones, pero nadie pensó en una unidad de potencia seria para esos aviones. Si bien muchos ingenieros intentaron hacer que sus motores fueran lo más pequeños y ligeros posibles sacrificando cosas como la cilindrada, cilindros (o ambos), Levavasseur tomó otra dirección.

Él creía que un propulsor no tenía que funcionar como un microondas para poder volar. Estaba seguro de que un motor de combustión podía tener mucha energía y ser ligera al mismo tiempo. Aún así, necesitaba mucho dinero para fines de investigación y desarrollo, por lo que en 1902 se acercó a Jules Gastambide, un industrial con mucho dinero. Para comprender la escala del genio y la visión de Levavasseur, los aviones usaban uno o dos cilindros en ese momento, lo que hoy veríamos en la mayoría de los scooters y motocicletas de baja cilindrada.

El ya veterano francés se imaginó un diseño de motor con ocho cilindros divididos en dos bancos separados 90 grados entre sí. Una técnica inmortal que sigue siendo increíblemente popular hoy en día, más de un siglo después de su creación. No hace falta decir que Gastambide quedó más que impresionado, razón por la que financió el proyecto. Para mostrar su agradecimiento, Leon nombró al motor “Antoinette” (aunque “V8” es mucho mejor, en nuestra humilde opinión) en honor a la hija de Gastambide, una técnica muy popular en ese entonces.

Inmediatamente después, solicitó una patente secreta y comenzó a trabajar en el bloque. Solo un año después, el primer V8 de la historia era un prototipo funcional y pasó por su primer ciclo de combustión. En la localidad de Villotran, Levavasseur empezó a trabajar en el diseño de un avión para probar su creación. Como resultado, su avión se hizo conocido como L’Aeroplane de Villotran, pero fue un fracaso total. Leon era un ingeniero increíble, sin duda, pero los elementos aerodinámicos no casaron con él. La mejor parte de su derrota fue el motor.

El L’Aeroplane de Villotran estaba equipado con un V8 que tenía 80 CV, una cifra de potencia enorme e impresionante para la época. Como resultado, tanto Gastambide como Levavasseur sabían que el motor tenía potencial en otras áreas. Así que decidieron abandonar los aviones y centrarse en las carreras de lanchas rápidas. En 1904, todas las lanchas rápidas ganadoras y que rompieron récords tenían un motor Antoinette. Para 1910, Levavasseur había construido varios motores de varios tamaños y configuraciones, incluso un V24 para aplicaciones marinas.

Al mismo tiempo, empeló la inyección de combustible (aunque en una forma bastante primitiva) en lugar de un carburador, que para esa época era increíblemente avanzado. Pero fue en 1906 cuando se presentó en el Salón del Automóvil de París un coche propulsado por este motor, un V8. Leon decidió cambiar su enfoque con respecto a las unidades de potencia de los coches de calle. En aras de la fiabilidad, hizo que los componentes internos del motor fueran más robustos, lo que resultó en un motor más pesado y de menor potencia (alrededor de 30 CV).

Sin embargo, tenía una vida útil mucho más larga en comparación con los de aviación. De Dion-Bouton introdujo un V8 de 7.7 litros para un automóvil en 1910, y lo exhibió en Nueva York dos años después. Se hizo en pequeñas cantidades, pero inspiró a los fabricantes estadounidenses a seguir su ejemplo. Uno de los primeros V8 en coches de producción fue introducido en los EE. UU. en 1914 por Cadillac, la división de lujo de General Motors, que vendió 13.000 motores de 5.4 litros en su primer año de producción. Así se instauró el germen del V8.

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