Tecnología autónoma

Aún presente, como “conductor” no puedes ir ebrio

Aún con la tecnología autónoma presente, como “conductor” no puedes ir ebrio

No es una carta blanca para poder emborracharse

Los vehículos autónomos podrían acabar con la conducción en estado de ebriedad, pero hasta entonces, depende de los conductores que eso se cumpla. Cierto es que gobiernos de distintos países quieren mejorar la seguridad de los vehículos y reducir las muertes en las carreteras. Y una de las formas en que se pretende lograr esto es instar a los fabricantes de coches a que se involucren en evitar la conducción en estado de ebriedad.

En lugar de repasarlo todo (ya está cubierto en otra historia), centrémonos un poco en la parte de conducir piripi. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), de los 597 conductores fallecidos en 2020 en accidentes de carretera, 291 marcaron positivo por consumo de alcohol (un 63,9 %), drogas (41,2 %) y psicofármacos (27,5 %); varios conductores dieron positivo en varios tipos de consumo, por eso, la suma de los porcentajes supera el 100 %. Porque, aunque hagamos mucho hincapié en el alcohol, las sustancias estupefacientes también entran en la ecuación.

La última propuesta para ir reduciendo esta tendencia a cero, implica que las marcas de coches instalen nuevos sistemas o configuren un sistema existente en los nuevos modelos vendidos a partir de 2026 para tener una forma de monitorizar la conducción y evitar que los conductores intoxicados puedan causar un accidente. Si bien la legislación propuesta parece una buena idea, aún no está claro cuál será la mejor solución técnica para que esto suceda, dado que también se pretende evitar que dicha tecnología sea burlada por, digamos, un acompañante sano.

Actualmente, en algunos países como en los Estados Unidos, los conductores ebrios condenados deben usar dispositivos de alcoholemia vinculados a un bloqueo de encendido para arrancar sus vehículos cada vez que los utilicen. Como imaginarás, el sistema implica soplar en un tubo para verificar la concentración de alcohol en aire aspirado del conductor. Sí, se trata de la misma caja que utilizan aquí las fuerzas del orden para determinar si esa noche vuelves a casa sano y salvo, o con una multa que puede ir desde unos centenares de euros a la retirada del carné.

Ahora, se cree que los nuevos sistemas tecnológicos equipados a bordo de los vehículos nuevos, como las cámaras infrarrojas que monitorizar la atención del conductor (dentro del paquete de funciones de conducción autónoma/tecnologías de asistencia al conductor de Nivel 2 y Nivel 3), podrían ser la solución. Además, los sensores infrarrojos colocados en el cuadro de instrumentos de algunos vehículos modernos se pueden usar para determinar si el conductor muestra signos de discapacidad, de somnolencia o si, de repente, este tiene una pérdida del conocimiento.

Dependiendo de qué tan avanzado sea el coche, algunos pueden reducir la velocidad, detenerse y llamar a los servicios de emergencia para ayudar al conductor. Si nos preguntas, la última parte podría funcionar si el alcoholímetro del vehículo “oliese” a alcohol, o si el conductor tiene signos de “deterioramiento” de una forma u otra. Lamentablemente, la introducción de estos sistemas no detendrá la conducción en estado de ebriedad en todos los países del mundo. Al fin y al cabo, lo mejor que puede pasar es que se genera conciencia en el sistema educativo del país.

Necesitamos que los maestros y distintos educadores brinden explicaciones convincentes de por qué conducir después de beber o subirse a un coche con un conductor ebrio es lo más tonto que se puede hacer. Al mismo tiempo, la única forma de evitar que las personas conduzcan ebrias es hacerles saber que los agentes de policía les estarán esperando en la calle con alcoholímetros. Con esta pareja de medidas propuestas aplicadas, conducir bajo los efectos del alcohol se puede frenar significativamente, pero la parte de educación tardará años en cambiar las cosas.

Para la segunda idea, desafortunadamente, ningún país tiene suficientes agentes de policía para controlar a todos los conductores con tanta frecuencia, por lo que se debe desarrollar una nueva tecnología que permita la detección de los conductores sin siquiera detenerlos. Dicha tecnología ya existe, pero no se implementa a gran escala debido a los altos costes, problemas de privacidad y dudas sobre su efectividad. Mientras tanto, la cifra de personas que muere en las carreteras cada año debido a conductores ebrios se incrementa, aún con una pandemia en el medio.

Esta es la parte donde entran los vehículos autónomos. Si bien un sistema autónomo de Nivel 5 sería perfecto aquí, ya que ni siquiera involucra un volante y un juego de pedales en el vehículo (los borrachos podrían hacer locuras con ellos), incluso una tecnología de Nivel 4 podría “hacer el truco”. Imagínate que todas las personas que conducirían después de beber podrían dejar que sus vehículos conduzcan por ellos. O, mejor aún, podrían, simplemente, pedir un taxi autónomo para llegar a casa de manera segura.

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Esta última tecnología ya existe y funciona bien en forma no autónoma, aunque plantea algunas preocupaciones de seguridad para algunos usuarios. Entonces, en lugar de hacer que las marcas de coches desarrollen todo tipo de sistemas para verificar si los conductores de los modelos que venden están ebrios (o drogados, reiteramos de nuevo que también forman parte del pack) para evitar que los manejen, ¿qué tal legislar a los vehículos autónomos y los robotaxis para que estos sistemas se automaticen? Porque acabarán siendo necesario en todo el mundo, para el caso.

Existen leyes para prevenir esto, y hay gente empleada para asegurarse de que otros no infrinjan esas leyes. También es su trabajo actuar dentro de la ley si alguien las infringe. Esa gente trabaja en la aplicación de la ley. Pero los vehículos autónomos podrían ofrecer una solución diferente al problema. Uno que permitiría a las personas presentarse en sus coches a una fiesta y salir con ellos, pero conducidos por los ordenadores integrados en esos vehículos de la fábrica. Hasta que eso se convierta en una realidad, lamentablemente, seguirán motivándose estos accidentes.

Definitivamente, es un desperdicio y, con infortunio, seguirá sucediendo hasta que la gente deje de ponerse al volante después de haber consumido alcohol. Con eso escrito, es hora de algunos anuncios de servicio público sobre conductores ebrios. Si tienes la edad suficiente para conducir y la edad suficiente para beber, tienes la edad suficiente para saber mejor qué beber y conducir. Recuerda que es cuestión de elección: o bebes o conduce, nunca ambos, aunque España aún es uno de los pocos países que permite cierto margen de tolerancia, no conviene apurarlo.

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