Alfa Romeo Alfasud Sprint

La definición del hot hatch italiano de los 70 y 80

Alfa Romeo Alfasud Sprint, la definición del hot hatch italiano de los 70 y 80

Haciendo su debut en septiembre de 1976 en Baia Domizia en Caserta, Italia, el Alfasud Sprint fue el último coupé desarrollado por Alfa Romeo como empresa independiente; fue adquirida por Fiat en 1987. Con este modelo, resulta impresionante cuánta ciencia automotriz se puso en una carcasa de metal. Y todos los créditos de su estética son para Giorgetto Giugiaro, el conocido diseñador italiano que trabajó tanto en superdeportivos y vehículos cotidianos.

El por entonces denominado Alfasud Sprint tomaba como punto de partida la carrocería berlina, también diseñada por Giugiaro. Para este modelo, el artista de Garessio se sumergió en el ADN deportivo de la marca para dibujar una silueta afilada, de gran belleza estética, que mezclaba el estilo y diferentes siluetas para conjugar el dinamismo de un coupé con la prestancia y el espacio interior de una berlina. Todo ello en unas dimensiones compactas para la época, con 4,02 metros de largo y 1,30 m de alto gracias a la “nueva” disposición mecánica.

Estas líneas afiladas y angulosas se volverían a ver en una gran cantidad de modelos posteriores, de Alfa Romeo y otras marcas, salidos del estudio Italdesign. El frontal sigue el libro de estilo de los modelos de la casa de aquel entonces. con dos faros a cada lado de la parrilla triangular que ha definido a los coches de la marca desde el Alfa Romeo 6C 2500 Villa d’Este (1949). Los detalles exteriores dominaban características como el acero cromado en el paragolpes, los retrovisores, la calandra y el marco de las ventanillas, tan llamativo como sutil.

Un estilo que tomó un aire totalmente ochentero con vistas a la segunda generación del Sprint en 1983, ya independizado del Alfasud, al adoptar el plástico negro en los elementos decorativos y en las molduras laterales que recorren el contorno del vehículo. Este “aggiornamento” haría posible que el Alfa Romeo Sprint resistiera sólidamente en la gama hasta 1989. El Sprint también recibió una actualización de plataforma en su lavado de cara, que ahora era la misma que la del Alfa Romeo 33 de primera generación y, por tanto, muy similares.

A bordo, se respetaban los códigos tradicionales de los coupés, con una configuración de cuatro plazas que podían ser convencionales o deportivas, una alternativa que envolvía a los ocupantes y que les sumergía en las sensaciones de conducción. Esta inmersión quedaba rematada por un cuadro de instrumentos con una estética deportiva, con diales redondos y una gran profundidad. El volante destacaba por su polivalencia: de él salían palancas con las que se podían manejar funciones como la ventilación de los aireadores del habitáculo.

En lo que se refiere a habitabilidad, el Alfa Romeo Sprint era uno de los coupés más espaciosos de su época, y ofrecía la nada desdeñable cota de 425 litros de maletero, en gran parte debido al elevado perfil en la parte posterior. Con el restyling se incorporó un nuevo juego de asientos con superficies de tela y respaldos de Texalfa, así como un nuevo volante y algunos cambios en la disposición de los controles del salpicadero y los paneles de las puertas. Por ejemplo, los diales analógicos fueron sustituidos por una pantalla digital.

Bajo el capó, el Alfa Romeo Sprint equipó unas mecánicas relativamente enérgicas, con nervio, pero con los bajos consumos en menes. Desde su lanzamiento, el Sprint no dejó de evolucionar sus prestaciones. Toda la gama se estructuraba en torno a propulsores bóxer de cuatro cilindros enfrentados, con un sonido ciertamente inconfundible. Según las motorizaciones escogidas y el año de producción, el Sprint podía venir equipado con una carburación simple o doble, llegando a incorporar inyección directa en sus últimos años.

En 1972, la versión tope de gama desarrollaba 76 CV y lograba una velocidad punta de 165 km/h. En 1989, la potencia había subido hasta los 118 CV y se podían alcanzar los 196 km/h. Para tener estas prestaciones bajo control, ofrecía dos equipamientos muy poco corrientes en los años 70: una caja de cambios manual de cinco relaciones y frenos de disco en las cuatro ruedas. Hay que mencionar otro hito importante del Sprint, y es que fue el primer modelo de Alfa Romeo con un sistema de tracción delantera y propulsores bóxer.

De acuerdo con las pruebas de la época, el Alfa Romeo Sprint fue uno de los coupés compactos con mejor manejo. Aunque tenían una calidad de construcción promedia tirando a baja (sobre todo en el apartado referente a la oxidación), eran muy divertidos de llevar y muy predecibles. Con el motor montado sobre las ruedas delanteras y un centro de gravedad muy bajo debido al motor ubicado tan abajo, tenía una forma única de lidiar las curvas. Así que, no solo era loable mirarlo, también se disfrutaba enormemente tras el volante.

Al final, la receta tuvo bastante éxito. Durante sus 13 años de vida comercial, se comercializaron 116.552 unidades del Alfasud Sprint y Sprint a secas, fabricadas en Pomigliano d’Arco y también en Sudáfrica, donde este deportivo se ha convertido en un artículo de culto en el mundo de los coleccionistas.

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