Coches eléctricos

10 razones por las que puede no ser ideal

10 razones por las que un coche eléctrico puede no ser ideal (al menos, de momento)

Aunque han recorrido un largo camino, aún tienen mucho por delante para igualar a los de combustión interna

El desarrollo de coches eléctricos continúa a una velocidad vertiginosa, y pocos dudarían de él ahora como el reemplazo inminente de los ya veteranos vehículos movidos por un motor de combustión interna. Los automóviles eléctricos actuales, por fortuna, ya no se parecen en nada a los primeros intentos de la industria moderna, como el primer Nissan Leaf (2010) o el GM EV1 (1999).

Así que sí, los coches eléctricos pueden ser los emergentes, pero eso no significa que hayan superado por completo a los vehículos tradicionales por el momento. Porque, en verdad, sigue habiendo una variedad de razones por las que no comprar un coche completamente eléctrico. Nosotros no te ofreceremos todas, pero sí que hemos pensado en 10 hándicaps en los que estos últimos aún siguen siendo inferiores a aquellos que todavía se alimentan de zumo de dinosaurio.

Ansiedad por la autonomía

No todo el mundo puede permitirse un vehículo eléctrico de alta gama, como bien puede ser un Tesla Model S o un Porsche Taycan, muy rápidos y con una autonomía más que decente. Muchos de los coches eléctricos más asequibles todavía se venden con unas autonomías que, para muchos, resulta un tanto escasa. Sin duda, esta ansiedad se está reduciendo año tras año. Pero si eres una de esas personas que viaja mucho fuera de los caminos trillados, la autonomía seguirá siendo una razón importante de preocupación.

Elevados costes de adquisición

Si bien es posible que estemos llegando a ese punto de inflexión tan cacareado en el que el coste total del ciclo de vida de un coche eléctrico es en realidad menor que el de un motor de combustión, estamos aún lejos de que los costes iniciales de la compra real del vehículo se equilibren. Los coches eléctricos son caros, aunque pueden ser mucho más baratos de mantener, pero la mayoría de las personas, sencillamente, no disponen de tanto dinero en el banco. Para atraer a más personas a comprarlos, el precio debe seguir bajando.

No son tan limpios: usan tierras raras

La fuente de energía de los motores de combustión interna está lejos de ser ideal, ya que el petróleo, a menudo, proviene de regiones problemáticas del planeta. Pero los metales de tierras raras existentes en los paquetes de baterías también son muy nocivos para la salud, e incluso pueden venir de lugares aún peores del mundo. Los coches eléctricos utilizan litio, níquel y cobalto. Este último es quizá el peor, puesto que gran parte de la producción global viene de la República Democrática del Congo, un lugar muy inestable.

Los tiempos de repostaje

Sí, los denominados supercargadores pueden reponer alrededor del 80 % de la carga de una batería ahora en tan solo 20 minutos. Pero aún así, eso no es el 100 %, y no es tan rápido como repostar un combustible fósil. Además, a menudo son los modelos más altos de gama los que se cotizan y, como hemos mencionado unas líneas más arriba, muchas personas no pueden pagarlos. Si vas al mercado a por un ejemplar más económico, es poco probable que dispongas de una estación de carga rápida si lo que quieres es gastar lo mínimo.

Precio del tren motriz

El problema con los costes de un vehículo eléctrico es en gran medida su tren motriz. Para un motor de combustión interna normal, el precio de bloque junto con la transmisión es de alrededor del 18 % del coste total del vehículo, pero en un eléctrico se eleva al 51%. Es una cifra enorme, y para que sean más asequibles en el futuro, el precio del tren motriz debe reducirse bastante. Por suerte, poco a poco la tecnología y las baterías adjuntas se hace más barata, permitiendo la llegada de modelos más accesibles para el gran público.

Depreciación y desgaste de la batería

Los vehículos eléctricos se enfrentan a una rápida depreciación. La mayor parte del coste está en la batería. Pero la batería no dura para siempre. Las baterías se degradan y tienden a gastarse más rápido que sus homólogos de combustión interna. La vida útil de la batería de un coche eléctrico es de hecho es de unos 10 años, mucho menos que la de un motor típico (el rotativo Wankel es otro cantar). Si has leído el punto anterior, podrás imaginarte que el reemplazo de la susodicha no es moco de pavo; más que un propulsor térmico.

Las temperaturas extremas

Si alguna vez has dejado el teléfono móvil bajo el sol directo o lo has tenido afuera en un día particularmente frío, es posible que hayas experimentado un apagón repentino o que la batería se agote con demasiada velocidad. Bien, la batería de iones de litio de un coche es un poco distinta. Aunque puede estar protegida de la luz solar directa, un clima extremadamente frío afectará significativamente el rendimiento a corto plazo de la batería. Lógicamente, ocurre lo mismo cuando el calor es extremo. Aquí, la eficiencia del sistema es muy variable.

Su elevado ritmo de desarrollo

El mero hecho de que los vehículos eléctricos se estén desarrollando tan rápido es un arma de doble filo. Por un lado, las nuevas tecnologías son excelentes. Por otro, es probable que tu nuevo y vanguardista coche de cero emisiones se quede obsoleto en apenas unos pocos años. En consecuencia, puede ser difícil descargar actualizaciones y vender un viejo coche eléctrico, ya que habrá muchos otros modelos mejores en el mercado, a diferencia de los vehículos con motor de combustión interna, cuya tecnología es más madura.

Aún falta infraestructura de carga

Es cierto que muchos fabricantes están apostando por mejorar la infraestructura de carga. Pero, al mismo tiempo, la misma infraestructura todavía tiene un largo camino por recorrer antes de que esté dando servicio a las naciones como lo hacen las estaciones de servicio de toda la vida. Es probable que dentro de una década sea abundante en todas partes, pero por ahora, sigue siendo una tarea pendiente. Porque todos queremos repostar como hasta ahora: llegas a una gasolinera, llenas el depósito en un par de minutos y continuas tu viaje.

Falta de variedad de modelos

Este último punto es, probablemente, el que se supere más pronto. A principios de 2021, había pocos deportivos, SUV de tamaño completo o camionetas eléctricas disponibles. Para finales de 2022, habrá docenas, y muchas más en camino. Sin embargo, si deseas comprar un nuevo eléctrico en este momento, las opciones seguirán siendo relativamente limitadas. Por suerte, casi todos los grandes fabricantes tendrán alternativas electrificadas parcial o totalmente en toda su gama de aquí a que termine esta década (obligados por la UE).

En resumen, los vehículos eléctricos han gozado de un desarrollo exponencial en los últimos años, pero al mismo tiempo, tienen aún un largo camino que recorrer antes de que sean en todos y cada uno de los aspectos mejores que los coches con motor de combustión interna. Otro gallo cantará cuando afrontemos los últimos coletazos de década y la Unión Europea (UE) haya impuesto multas multimillonarias a las marcas por no cumplir con los estrictos estándares de emisiones, que han de ser un 37,5 % inferiores a las registradas en 2021.

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