¿Realmente puedes pagar el coche que tanto ansías? Usa estos métodos para averiguarlo

Todos conocemos la depreciación. Gracias a ella, la gente común puede comprar algunos coches premium después de haber sido usados un poco (o demasiado). También se aplica a los modelos de gran volumen, e incluso a los de lujo y más exóticos. Pero siempre hay un punto donde debes detenerte y pensar antes de comprar un vehículo bastante caro cuando era nuevo, ahora a un precio que puedes pagar.

Muchos hemos echado un ojo al mercado de segunda mano alguna vez en la vida, especialmente con en lo referente a berlinas de alta gama, coupés de lujo o lo que sea que no puedas comprar nuevo en ese momento por varias razones. Sin embargo, todos tienen algo en común. Me refiero a que su precio había bajado mucho desde que era nuevo, y ahora se sitúa en algo entre menos del 50% de lo que era nuevo si hablamos de vehículos de fabricación reciente (menos de cinco años), o aquellos que son una fracción de lo que eran nuevos.

Entonces, en caso de que te haya llamado la atención algo como un BMW Serie 7 (o incluso un Serie 3), pero no estás seguro de poder pagar uno, tenemos un sistema para ayudarte a decidir. Es posible que no te guste el resultado, pero te ayudará a mantenerte alejado de la angustia, el dolor de cabeza y diversos problemas financieros. Este método es una forma de ayudar a amigos y conocidos a tomar decisiones al comprar un coche, y funciona para casi cualquiera. Puede ser demasiado exagerado, pero funciona. Ten paciencia con esto.

Necesitarás un bolígrafo o un lápiz, y una hoja de papel. Con eso, es suficiente. Primero, escribe el precio del coche, y resta de él lo que ya tienes ahorrado si piensas hacer una adquisición al contado. Si te sobra dinero en comparación con los ahorros, puedes pensar que tienes luz verde, pero no hemos terminado. Ahora bien, si deseas pedir dinero prestado para comprártelo, anota el pago mensual y resta lo que ganas con la nómina. Si el pago mensual es más del 30 al 35 % de lo que ganas cada mes, eso es una señal que debería alertarte.

Pero los idealistas no se detienen ante una sola bandera roja, ¿verdad? Revisa una vez más todos los papeles antes de firmarlos y no pagues dinero por adelantado. En este punto, deberías tener una suma de dinero frente a ti. Si representa lo que queda de tus ahorros, conéctate a Internet y busca otras alternativas que se ajuste a tu presupuesto. Si no tienes suficiente dinero ahorrado para un coche que planeas pagar en efectivo, ya sabes qué hacer: ahorra más dinero. Imagina, por ejemplo, que tienes que cambiar el juego de neumáticos.

¿Puedes permitirte cuatro neumáticos nuevos de una buena marca? Excelente. Ahora, imagina que acabas de tener un pinchazo dos días después de montarlos, y una llanta se quebró. ¿Puedes pagarla? El precio de un neumático premium nuevo apenas supone de un 1,5 a un 2 % de lo que pagas por un coche de alta gama, pero es posible que te quedes sin ahorros después de comprar cuatro neumáticos nuevos, lo que significa pasar un mes difícil. Y, claro, si acudes a uno de los talleres autorizados, cambiar la llanta no será precisamente barato.

Si planeas financiar el vehículo, verifica si puedes comprar un juego de cuatro ruedas con lo que te queda del salario después de pagar las cuotas asociadas, los gastos de la vivienda, la compra y todas tus necesidades mensuales. O, digamos que ahorras hasta dos meses para comprar un juego completo, pero puedes darte el lujo de comprar uno nuevo cada mes, incluso si no tuvieses que hacerlo en la vida real. Ni a la entidad bancaria ni al seguro le agradarán que conduzcas con una rueda pinchada o te estrelles por no haberlas cambiado a tiempo.

¿Qué tan grande es el problema entonces? Si necesitas pedir dinero prestado o estar con el agua al cuello para comprar el calzado de ese coche, realmente no puedes pagarlo, incluso si el banco o la institución financiera pertinente dice que puedes comprar el susodicho coche. Es así de fácil. No es lo mismo permitirse la compra que permitirse la propiedad del vehículo. Alternativamente , si tuvieras que comprar una rueda el primer mes en que comienzas a pagar el coche, ¿puedes permitírtelo? Si no, un SUV usado con llantas de 22 pulgadas no para ti.

Las ruedas grandes implican llantas y neumáticos caros, y si gastar el dinero en algo tan esencial como unas ruedas de calidad (nada de segunda mano o de AliExpress Performance), ese vehículo aún no está a tu alcance. Conducir un deportivo con neumáticos baratos arruinará la experiencia y hará que sea más probable que te estrelles. Nadie puede impedirte que te los compres, pero es posible que tengas dificultades financieras desde el punto de vista del costo total de tener el coche en propiedad. De nuevo, no es lo mismo comprar que mantener.

Claro, también puedes calcular la cotización de tu seguro para un coche en concreto, pero puede ser difícil conseguir una rápida respuesta sin un VIN o sin proporcionar información personal y recibir una llamada de un representante en los próximos días. Es por eso que el método descrito anteriormente funciona más rápido. Es como un control de la realidad, pero es vital ser honesto contigo mismo. Otros elementos a tener en cuenta son el precio del seguro y de los impuestos asociados a la propiedad de ese vehículo en concreto, como el IVTM.

Si ves que el seguro es más caro de lo que esperabas, o si los impuestos son una carga cada mes, entonces podrías considerar que no puede pagar ese coche. No importa si es exótico, de lujo o incluso un mero compacto diésel con más de dos décadas a sus espaladas. Si bien es posible que eventualmente puedas hacerte cargo del mantenimiento y piezas de tu ansiada montura, tomar una mala decisión será algo malo para ti desde el punto de vista financiero y tener que hacerlo, porque, de lo contrario, podrías haber comprado cualquier otro coche.

Por supuesto, otra forma de verificar si puedes o no ser dueño del modelo que deseas, es mirar desde la perspectiva de los costes de funcionamiento. Es decir, para empezar, sería una buena idea saber cuántos kilómetros haces cada mes y averiguar una cifra bastante real del consumo de combustible (ya sabes que las fichas técnicas suelen ser muy optimistas, y nada mejor que leer una prueba real o diversos comentarios de propietarios), y no lo que el anuncio afirma que realmente usa. Después, calcula los gastos mensuales de combustible.

Si conduces ese coche durante un año completo, ¿cuántas de tus nóminas tendrías que dejar en el registro de la gasolinera? ¿Más de uno o dos? Bueno, su conduces demasiado y has escogido un coche que consume mucha gasolina, o ganas el suficiente dinero para permitirte realmente conducir esa versión del vehículo, o no es tu coche. Sí, es así de simple. Te puede enamorar un modelo en concreto, pero la situación financiera de cada uno es un mundo y hay que establecer una serie de prioridades para poder llegar a fin de mes sin el agua al cuello.