Así será el futuro de los peajes en las carreteras españolas

En teoría, el pasado 1 de febrero el Consejo de Ministros tenía que haber aprobado los nuevos peajes de nuestras vías de alta capacidad, básicamente autovías, hecho que no ocurrió. Se esperaba que se incluyese en la nueva Ley de Movilidad Sostenible que se llevará a votación el 1 de marzo. Ahora, en palabras recientes declaradas por el propio presidente del gobierno, no se va a incluir esta nueva medida.

Pero esto no significa que la medida sea desterrada por el gabinete. De hecho, solamente va a suponer un retraso, con la intención de activar su entrada en vigor en 2024. Se está estudiando detalladamente la impopular medida y consensuarse con el sector del transporte y con los agentes sociales, dado el enorme calado de de esta medida. Además, el Gobierno se comprometió frente a Bruselas a aplicarla sí o sí, una de sus exigencias para poder acceder a los fondos del Plan de Recuperación.

La cartera de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, de manos de su titular, Raquel Sánchez, tiene un asunto muy delicado que resolver, según unas declaraciones realizadas al periódico La Opinión de Zamora: "Estaba estudiando las singularidades de cada territorio a la hora de definir su propuesta”. El plan está todavía en estado embrionario, no presentándose de forma definitiva hasta que esté totalmente maduro al sector del transporte y a la Oposición. Si se consigue el mayor consenso y aprobación entre todas las partes, se enviará a la Comisión Europea.

De todas las opciones posibles parece ser que la que finalmente se llevará el gato al agua es la viñeta, otra pegatina más a añadir a nuestro parabrisas, junto a la de la ITV y la del distintivo ambiental de la DGT. En un principio seria una tarifa plana en diferentes períodos temporales (diario, semanal o mensual), injusta a todas luces, para adoptar posteriormente un pago por kilómetros recorridos, algo más justo. A esto habría que añadir numerosas excepciones y bonificaciones.

Las críticas por parte de la Oposición, concretamente el portavoz del Partido Popular en el Senado, Javier Maroto, no se han hecho esperar, expresando lo siguiente:

"El Ejecutivo ya se comprometió con Bruselas y no hay ningún Gobierno en Europa que proponga una ley para poner peajes, sino que es el Gobierno el que quiere poner los peajes”.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró que de momento que la mencionada ley “no dispone ni concreta ninguna medida vinculada con la entrada en vigor de peajes en las carreteras españolas”. El gabinete socialista afirma de forma eufemística que esta nueva ley haría avanzar al país hacia un nuevo modelo de transporte de movilidad, recordando al PP que en su época de gobierno se frotaron las manos haciendo una estimación de recaudación con los peajes existentes. En el fondo es una vuelta de tuerca más al ya exprimido conductor.

En la línea habitual de la oposición de criticar absolutamente todo sin ofrecer alternativas, el diputado del PP Andrés Lorite criticaba el retraso de esta le:

"Debido a motivos electoralistas, para no introducir en la campaña electoral de Castilla y León el debate sobre los peajes que se quieren implantar en las autovías españolas a partir de 2024”.

No sé a ustedes lectores, pero consideramos que la mayoría de los conductores estamos hasta las narices de que el gobierno de turno adopte medidas económicas destinadas a llenar las arcas del estado siempre teniendo en cuenta los países de nuestro entorno, sin analizar las particularidades de cada uno. Si a ellos les funciona, ¿Porqué a nosotros no?

¿No es suficiente el dinero que recaudan con los impuestos directos e indirectos, como el impuesto de matriculación, el IVA, los impuestos municipales, los aplicados a los combustibles, etcétera? Si la partida del ministerio competente destinada al mantenimiento de todas nuestras carreteras no es suficiente, o se invierte tarde, poco y mal, yo accedería a utilizar la viñeta siempre y cuando retirasen de mis impuestos la parte proporcional dedicada al mantenimiento de las vías. Pero claro, a un estado con pésima gestión nunca le parecerá suficiente...